Opinión | Las estudiantes mexicanas, cansadas de vivir sin libertad

Hoy 25 de Noviembre se conmemora el día de la lucha contra la violencia de género y las mujeres no se hacen callar, en diversos lugares se han realizado manifestaciones, protestas, charlas y conferencias para sensibilizar a la población sobre este tema que tanto daño hace a nuestra sociedad. Con el corazón roto leemos en el internet miles de casos de mujeres que han sufrido abusos por parte de sus parejas, de violencia machista, de acoso callejero, de violaciones y de asesinatos, de familias desconsoladas que un día vieron salir a su niña de casa por última vez.

Pero también leemos casos de mujeres que ya están hartas, no sólo las víctimas de un ataque físico, sino todas aquellas que somos víctimas de la inseguridad y del miedo, las que salieron de casa y sufrieron una agresión y las que no salimos por temor a esa misma razón. 

Y aunque este hecho se presenta a nivel mundial, quiero dedicar este espacio para hablar de la realidad que yo tengo presente: Mi México. 

Imagen y datos obtenidos por EXCÉLSIOR. Véase la nota En 6 estados, 50% de feminicidios; suman 377 casos en 11 meses 

Esto porque a lo largo del mes, en los periódicos se han hablado de las protestas que las estudiantes mexicanas han hecho en contra de la violencia de género. 

Elegí España como destino para mi intercambio estudiantil porque la seguridad es muy distinta, no es irreal. Sé que se dan casos de violencia también, que ningún sitio es perfecto y que hay que cuidarse en todos lados, pero yo vengo de un sitio en el que “el miedo no anda en burro”, en donde en cuatro días pueden salir a la luz tres casos distintos de feminicidios ocurridos en la misma ciudad, en donde caminar por las calles (sola o con tus amigas) a medianoche no es probable sinónimo de no llegar a tu destino, donde no es necesario la creación de espacios únicos para mujeres en los transportes públicos (como es el vagón rosa en el metro de la CDMX, donde sólo se permiten mujeres y niños, y más cosas… 

El otro día charlando con unas amigas, dos chilenas y dos españolas, surgió el tema de las tradiciones mexicanas, porque México es un país curioso y llamativo que capta el interés de muchas personas y yo enamorada de mi patria, expliqué todo lo que tenía que explicar, con los ojos brillantes de emoción, alabando todo lo hermoso que tiene mi país. Al finalizar, una de las chicas me rompió el corazón cuando dio su opinión… 

“Sí, México es muy bonito, pero dime, ¿Cómo tienen la imagen de la mujer?” 

Me hubiera gustado inflar el pecho y defenderle, eliminar todo tipo de comentarios negativos… pero es imposible. Porque tiene razón, México es un país bonito, pero no el mejor para vivir si eres mujer. 

La violencia contra las mujeres es un caso real en México 

Los números de denuncias sobre violencia de género son elevados y no olvidemos que hay muchos más casos ocultos, de mujeres que aún no encuentran su voz o que les han privado de ella y tal parece que el sector más agredido últimamente es el estudiantil. 

En los últimos meses las jóvenes se han animado poco a poco a compartir anécdotas en el que han sufrido acoso sexual, no sólo en las calles, sino dentro de las instituciones educativas, también se han sabido de casos en el que muchas chicas han sido desaparecidas después de salir de casa para asistir a sus clases o viceversa, la mayoría de ellas han sido encontradas muertas días después. 

Ninguna agresión es justificada y en ninguna la responsable puede ser la víctima, pero que el contexto de la agresión se de en una actividad que debes realizar diariamente para cumplir tus derechos al medio día, es muy preocupante. 

Ni es mi ropa, ni es el alcohol, ni es el lugar, ni es la hora, ni te estoy provocando, ni nada, ¡Eres tú, agresor! 

Las escuelas ya no protegen y el alumnado clama por ayuda

Las agresiones se están presentando en todo tipo de lugares, no respeta horario tampoco, y para nosotras las estudiantes se está volviendo en algo muy cansado el no poder vivir con libertad, en no ser sacudidas por el miedo de lo que nos puede pasar, porque ahora no sólo las calles son inseguras, las aulas, lugares creados para cumplir nuestro derecho de educación, para guiarnos a nuestras metas y aspiraciones, para construirnos un mejor futuro, son lugares peligrosos e incómodos. 

Así lo manifiestan en instituciones en el país, la más sonada en este momento es la Universidad Autónoma de México (UNAM), la mayor universidad de América Latina, en donde jóvenes encapuchadas han protestado, rompiendo vidrios y dañando infraestructura en distintas maneras. Lo que comenzaba, hace tiempo atrás como manifestaciones pacíficas, se han tenido que tornar violentas, porque la problemática no es nueva, se ha dado de mucho tiempo atrás, pero las palabras sólo han obtenido indiferencia que a las estudiantes no les bastan. 

Encapuchados rompen cristales en la UNAM. CUARTOSCURO 

Enlaces de interés:
Un grupo de encapuchados causa destrozos en el corazón de la UNAM¿Por qué protestan en la UNAM?lLas protestas feministas sacuden a la mayor universidad de América Latina 

No sólo la UNAM ha llevado a cabo protestas, mi propia escuela, la Universidad Veracruzana, se ha manifestado en los últimos días y han compartido confesiones de alumnas contra profesores que les han acosado sexualmente (y que no se han quedado sólo en eso, han ido más allá). 

Imagen obtenida de Billie Parker Noticias. Créditos a quien corresponda.

Enlaces de interés: Mujeres estudiantes de la UV irrumpen en informe para exigir freno al acoso sexualEstudiantes de UV Poza rica protestas contra acoso sexualMarchan estudiantes contra el acoso sexual en la Universidad Veracruzana

Es muy probable que no sean las únicas instituciones que se han rebelado y es seguro que no son las únicas estudiantes que se sienten hartas de esta situación, mucho menos las únicas mujeres. 

¿Qué respuestas se tienen? 

Hay quienes apoyan las protestas ruidosas y hay quienes tienden a criticarlas justificando que “hablando se entiende la gente”, diciendo que no es necesario faltar el respeto al patrimonio de las instituciones, dan más importancia a las cosas materiales que se pierden que a la vida misma de las mujeres afectadas. 

Si es la forma correcta o no no es algo que vaya a ponerme a discutir, lo que sí creo es que mientras más indiferencia muestran los altos cargos, más gritos soltará la gente. 

Porque estamos cansadas e irritadas, si les quitas la vida, no te dejarán vivir la tuya.